Miro en el mapa las localizaciones de las principales series de vampiros y me pregunto ¿qué tiene de especial Virginia? ¿por qué allí los vampiros pueden pasear al sol?
Sí, hay un lado oscuro en el Universo de las Series. Esa corriente soterrada, casi imperceptible pero inagotable, que atrae, seduce, promete... y finalmente engancha. ¿Cómo si no se explica que en 2019 sigas viendo "Se ha Escrito un Crimen"? Las series, un producto aparentemente inocuo, entretenimiento en cómodas dosis de 40 minutos. Con un nivel de intensidad tan variado como el de las cápsulas de Nespresso: suave como "Los Informáticos" o el puro Ristretto de "Juego de Tronos". Inagotables por definición, además. Un episodio sigue a otro con precisión suiza y las temporadas se suceden en un paraíso de continuidad. El trayecto al trabajo es más ameno, las charlas de café son más que fútbol, ¿quién no ha hecho un maratón de "The Walking Dead"? Ya nunca comerás solo... Pero todo tiene un precio. Cápsula a cápsula, las series fagocitan tu subconsciente, gestionan tus emociones, generan dependencia. La definición de desasos...
Pues llegó “The listener” y yo todavía estoy a la escucha. No sé a que vino tanta algarabía, parece ser que su primer capítulo tuvo mucho éxito pero la NBC ya había anunciado su cancelación para finales de julio dejando 5 episodios de los 13 iniciales sin emitir. En Canadá, sin embargo, está teniendo éxito así que tendré que concluir que, en materia de series, no tengo gustos canadienses. Los de la FOX debieron pensar que una serie con crímenes, médicos y poderes paranormales no podía fallar, pero el que lo ha intentado lo sabe: echas lo mejor que encuentras en la coctelera, agitas como un loco y lo mismo te sale un delicioso combinado que un bebistrajo.
Comentarios
Publicar un comentario